sábado, 15 de febrero de 2014

Insomnio: Madrugada uno.

En realidad es como la madrugada número trescientos sin dormir, pero digamos que es la uno porque suena bonita y porque sí. Quiero dormir, quiero dormir, quiero dormir, quiero dormir, quiero dormir, no quiero pastillas, no quiero pastillas, no quiero pastillas, quiero dormir. ¿Hay algo más interesante en mi cabeza a esta hora tan desgraciada? Mi cerebro está más seco que las nueces, que las hojas de otoño que crujen, peor. Miro al techo, debería pegar huevás interesantes en el techo porque puta que lo miro, y no hay nada. En realidad ni siquiera lo veo. Está la luz apagada, y lo sigo mirando. La tele está prendida también, no me interesa. Mi hermana está durmiendo. No me interesa. La única huevá que me interesa en este momento es el techo: blanco, liso y ni una hueva más. Puta que es interesante. Respiro.
Ni ronquidos se sienten. No se pasean los gatos, no lloran los perros, los vecinos de al lado no tienen fiesta, ¡NO ESTÁ EL REGGAETÓN A TODO VOLUMEN! No pasan autos sin silenciador, no hay ni un huevón en Facebook. Me aburrí de jugar Candy Crush- JUEGO DE MIERDA ADICTIVO- siento que me van a doler los oídos si escucho una puta canción más. Ya vi dos películas y aún tengo noche de sobra. Cinco de la mañana y cincuenta y un minutos. Sol de mierda cagado. NO quiere salir todavía. ¿Qué le cuesta asomarse diez minutos antes? Putos cigarros. Se me acabaron. No tengo sed, no tengo hambre, tengo sueño, no quiero pastillas. Me hace mal pensar tanto. Miro el techo blanco. Inmutable. ¿Por qué no soy inmutable yo también? Hace frío. Me tapo. Quiero conversar de la vida. No sé que conversar. No tengo con quién conversar. El techo me parece una buena opción. Tengo sueño, quiero dormir, no quiero pastillas. No hay comedias. Repiten todas las huevas del día. Se acabó hace rato la programación. Me da lata pararme de la cama y cambiar la tele. No sé qué están dando. No me importa. Tengo sueño, quiero dormir, no quiero pastillas. Insomnio de mierda. ¡MIERDA MIERDA MIERDA! Van a despertar todos y sigo acá tratando de dormir, queriendo descansar, no quiero pastillas, insomnio de mierda. Después se preguntan por qué me levanto tarde. Es porque miré toda la puta noche el techo blanco y liso inmutable. Sí, esa es justamente toda la razón. Cinco cuenta y siete. Tres minutos para las seis de la madrugada. ¿Sol, te vas a asomar en tres minutos? ¡Puta que es buena onda el sol! Me imagino las ojeras mañana. Tengo sueño y quiero dormir, quiero dormir, quiero dormir. No quiero pastillas, quiero dormir, insomnio de mierda. Techo, dime algo. No te quedes tan callado....techo no responde. Puta la hueva, parece que voy a tener que dormir. Cinco cincuenta y ocho, me duele el cuello, estoy chueca. Cinco cincuenta y nueve, tengo frío de nuevo, pero no quiero taparme porque me va a dar más calor. Cinco cincuenta y nueve, me siento como loca, ¿si me voy al manicomio? ¿Dormiré mejor allá? ¿Dormiré allá? Mientras haya techo blanco... Seis de la mañana. Me levanto. Sol de mierda traicionero, no saliste. Yo confié en ti. Quiero dormir. Aún quiero dormir. Me tomo la pastilla. Insomnio de mierda. Pastillas del demonio. Pero ahora voy a dormir. Buenas noches, techo blanco.

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